Dicen que soñar cuesta nada…

Pero hay unos que los haces bien reales…

¿Será por el libro que ahora leo, el cansancio, lo enfermo, el fin de semana…?

Soñé algo raro, soñé que estaba en la escuela y que además estudiaba jajaja cosa aun más rara, y ahí estaba ella, la vi de reojo, pero no le tome importancia en ese momento, yo estaba ocupado en organizar una tocada en el patio de la escuela. Recuerdo como me ponía de acuerdo con otros para colocar los aparatos y alegaba con alguien sobre el lugar donde el dj iba a mezclar.
Te digo que soñé con ella. Pasó muy cerca de mi, sí, es la misma que me rompió el corazón, me decía. Solo que ahora es distinta, la veo alegre y con el cabello corto, ondulado, como si se hubiera hecho rulos.
Ella se acerca a mi, pero inmediatamente salgo huyendo, paso entre sus amigas y entro a una tienda de ropa, ¿adivina quien la atiende?

¡Diana Bracho!

Así fue, yo que gano con mentirles…si me preguntas ahora, preferiría en sueños a claudia Lizaldi, pero bueno, en esta ocasión fue Diana Bracho quien me abraza y me da un beso, me pregunta como estoy y me ofrece caramelos, me dice que ya vive en Morelia y que su casa esta muy cerca, a tres cuadras del local donde estábamos.
En eso salimos a la calle y veo como se acerca una señora algo rara, ella agarraba un maniquí gris plateado y se acerca tanto con el maniquí que intento apartarme, pero con su mirada me da a entender que agarre el maniquí. Cuando lo agarro, el maniquí cobra vida y estoy tan asustado que trato de huir, pero me es imposible, el maniquí me toma de ambos antebrazos y me dice:

-¿no me reconoces?

-…sí, creo que sí

Después de verlo bien recobro la calma y sonrío

-sí, tu eres Lázaro!! (Lázaro (RIP) era empleado de mi padre, trabajaba de plomero)

En eso se me viene a la mente la frase bíblica “Lázaro, levántate y camina”, pero el me dice asombrado, como si escuchara mis pensamientos:

- ¿pero cómo?, si el caído aquí eres tu

Sentí horror cuando dijo esa frase, fue como un darme cuenta, como si me hubieran quitado la venda de los ojos, algo así como lo que le pasa a Bruce Willis en la película de “El sexto sentido”.
La señora que lo acompaña trae en las manos unos cables, los pone en mis bolas y me electrocuta, al darme cuenta de lo que ha pasado, ya me encuentro amarrado en una mesa con una especie de succionador, ya se imaginaran donde, levanto mi cabeza y la habitación es obscura y sucia como en aquella película de “Hostel”. Al final una sala de espera, en ella están todas mis ex.
En ese momento desperté como con taquicardia, un nudo en la garganta y el pijama empapado en sudor, salte de mi cama a buscar la libreta.

-esto lo tengo que postear

Billy.