Tenga la gentileza de hablarme amablemente, sin levantarme la voz y sin contradecirme en nada.
Comprenda que a mi edad, los disgustos, los ruidos y las contradicciones provocan bruscas elevaciones de presión, acidez y disturbios cardio-vasculares.
Además de todo eso, inmediatamente me encabrono y mando a la chingada a quien sea.
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